Alfombra Roja: Timothy Garton Ash

“Aquí está el nuevo reto: nos enfrentamos a la globalización de la antiglobalización, el frente popular de los populistas, la internacional de los nacionalistas”

Cada año desde 1950, en la ciudad alemana de Aquisgrán se premia el compromiso con la noción de una Europa integrada y asentada sobre principios de “libertad, humanidad y paz” a través del Premio Carlomagno. Este año, envuelta en la confusión angustiosa desencadenada por el Brexit, la persistente crisis de los refugiados, la problemática relación con Rusia y, en especial, la sombra euroescéptica o directamente eurófoba que planea sobre las elecciones francesas y alemanas, la Unión Europea coge aire y da las gracias a uno de sus hijos más ilustres: el historiador y periodista británico Timothy Garton Ash.

Profesor universitario y autor de numerosas obras de análisis político, Garton Ash (Londres, 1955), nunca ha cejado en su empeño por defender una UE fundamentada en el diálogo, la libertad de expresión y la cooperación política. Contribuye frecuentemente en diversos medios, y su columna semanal en The Guardian se difunde en la prensa de multitud de países europeos, incluyendo El País.

Dirige el Centro de Estudios Europeos de la Universidad de Oxford, donde reside con su mujer Danuta Ash, de nacionalidad polaca, y con la que ha tenido dos hijos, Tom y Alec, ambos continuadores de la estela paterna y dedicados al campo de la comunicación. Garton Ash ha sido galardonado en múltiples ocasiones por su obra, y elegido en 2005 como una de las 100 personas más influyentes por la revista Time.

En esta ocasión, su condición de “británico europeo y europeo británico”, como le ha definido el Comité del Premio, le ha convertido en una figura representativa de los ideales europeístas que perduran en Europa occidental. Desde una férrea oposición al Brexit, una vez aprobado en referéndum, un Garton Ash resignado siguió defendiendo una política de diálogo abierto y constante para trazar la futura relación entre Reino Unido y la UE.

Sus opiniones sobre la integración europea han sido constantemente tomadas en consideración desde que en 1993 publicó un libro sobre la unificación alemana. Antes había publicado varias obras sobre Europa del Este, donde destaca The Polish Revolution: Solidarity, sobre la revolución polaca. La calidad de sus análisis elevó el nombre de Garton Ash en la academia europea. Desde hace décadas, su visión positiva pero crítica sobre el papel de Europa en el mundo dibuja hojas de ruta ideales para hacer frente a los retos internos y externos de la Unión, desde Ucrania a Turquía, basadas en la democracia y el respeto a los derechos humanos.

El 25 de mayo se hará la recogida oficial del premio y durante las dos semanas previas la ciudad acogerá un ciclo de seminarios y debates en torno a la obra e ideas de Garton Ash. Pero la reconocible voz de Garton Ash resuena ya, gracias a este reconocimiento, en el 60 aniversario de Europa. Un momento propicio para hacer uso de su magistral sarcasmo, o sacar su lado más serio, y alentar a la población de este ambicioso proyecto a no rendirse en la defensa de sus principios fundamentales. Revertir la amenaza de la fragmentación, el rechazo y el miedo que acechan a la sociedad internacional, no solo a Europa, y convertirla en diálogo comprensivo y constructivo, necesita del empuje, la experiencia y la vocación de intelecutales, en el mejor sentido del término, como Garton Ash.