Reino Unido acapara titulares desde que el 23 de junio de 2016 sus ciudadanos votaran a favor de la salida de la Unión Europea. Theresa May es la actriz protagonista de una obra que se estrenará por actos. El primero será el próximo marzo. Pero antes, el 17 de enero, May explicará el diseño que su gobierno tiene para el Brexit tras la activación del artículo 50 del Tratado de Lisboa.
Desde septiembre pasado, el Dexeu (Department for Exiting the EU) ha duplicado su plantilla. Creado específicamente para hacer frente al “mayor reto del país desde la Segunda Guerra mundial”, según Financial Times, el Dexeu no solo se ocupará de la negociación, sino de definir la relación futura de Reino Unido con la Unión. Su máximo responsable es Oliver Robbins.
A sus 41 años, Robbins desempeñará un papel determinante en el resultado de la negociación con Bruselas. Político lo denomina Mr. Brexit. Tras la marcha anticipada de Ivan Rogers el 3 de enero como embajador británico en la UE, Robbins quiere que el Foreign Office rebaje el cargo de representante/embajador de Reino Unido en la Unión al mínimo con el objetivo de que el Dexeu controle el proceso de forma coherente y se establezca una línea de comunicación única entre Bruselas y Londres.
La idea de Robbins se ha visto reforzada tras la salida de Rogers, que envió a su equipo un mensaje electrónico de despedica del que se hicieron eco los medios de comunicación. Rogers advertía abiertamente no solo de la falta de una estrategia de salida por parte del gobierno de May, sino de los peligros de un Brexit duro y de las presiones a las que se verán sometidos algunos funcionarios británicos.
El currículum de Robbins da algunas pistas de lo que puede ser la negociación que comenzará en primavera. Licenciado en Filosofía, Políticas y Economía por la Universidad de Oxford, Robbins tiene una larga trayectoria como alto funcionario. Entre 2014 y 2015 fue director general de la Administración Pública, donde lideró la reforma de la administración. Previamente fue consejero adjunto de Seguridad Nacional del primer ministro David Cameron, quien considera a Robbins un profesional imparcial. En su trabajo en el ministerio del Interior, se encargó de gestionar las políticas de inmigración y de libre circulación, así como el control del sistema de fronteras, inmigración y ciudadanía.