Alfombra roja: Ivanka Trump y Jared Kushner

Recaredo Veredas
 |  20 de enero de 2017

La retirada de los Obama no solo causa inquietud por la incierta preservación de su legado. También genera incertidumbre la escasa experiencia política de algunos de los integrantes del círculo de confianza del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Entre ellos, destacan la rutilante Ivanka Trump y su discreto marido, Jared Kushner, definido por New Yorker como el “director de campaña de facto”. La pareja, además, se mudará a Washington y vivirá a escasos metros de los Obama. Las relaciones entre el presidente en funciones y el yerno más influyente de la historia de EEUU no son precisamente fluidas, pero tal vez la vecindad y la indudable inteligencia de las dos parejas suavicen las disidencias.

Una visita a la cuenta de Instagram de Ivanka Trump, donde publica sobre todo fotos familiares, devuelve una imagen de impoluta perfección. Jared y ella son millonarios, trabajadores, inteligentes, guapos, jóvenes y discretos. Ambos provienen de empresas familiares vinculadas con la promoción inmobiliaria. Su adscripción política era ambigua hasta que se concretaron las aspiraciones presidenciales de Donald Trump. De hecho, en 2013 crearon un fondo para apoyar la candidatura al Senado de un afroamericano demócrata, Cory Booker.

 

New Year’s Eve + Last Night of Chanukah

Una foto publicada por Ivanka Trump (@ivankatrump) el

 

Sin embargo, tras el brillo se esconden sombras: en 2005, Charles Kushner, el patriarca de la familia y uno de los mayores donantes del Partido Demócrata, fue condenado a dos años de cárcel por diversos delitos fiscales y de corrupción política. Jared reaccionó con insólito brío. Con apenas 25 años, se hizo cargo de Kushner Companies y desempeñó su cargo con probada eficacia, lo que resulta más que encomiable dada la brutalidad depredadora del negocio inmobiliario neoyorquino. Graduado en Sociología por la Universidad de Harvard y en Dirección y Administración de empresas por la Universidad de Nueva York, Jared es además editor de Observer Media.

Tampoco Ivanka se libró de los escándalos familiares. En 1991, cuando tenía 9 años, sus padres protagonizaron un estruendoso divorcio que acaparó los cotilleos de los neoyorquinos durante el largo proceso judicial de la pareja. Ivanka podría haber sido otra Paris Hilton, de hecho durante años fue modelo de pasarela y fotografía y consiguió portadas en revistas como Forbes o Harper’s Bazaar. Pero su autoexigencia no le permitió tal frivolidad. Estudió en dos de las universidades más prestigiosas de EEUU: Georgetown y Wharton, donde se graduó Cum Laude en 2004. Ivanka ganó pronto la confianza de su padre, que la situó como vicepresidenta de desarrollo y adquisiciones del imperio familiar, un cargo de superior jerarquía al que poseen sus hermanos Donald Jr y Eric. Las relaciones de Donald Trump con las mujeres no son tan unívocas como parece: antes de Ivanka hubo otra vicepresidenta y jefa de gabinete en el negocio de la familia: la sofisticada diplomática Norma Foerderer.

Además de estar implicada en la gestión de los negocios de su padre, Ivanka Trump creó, con razonable éxito, su propia firma de moda www.ivankatrump.com. Está previsto que en marzo publique su segundo libro: Women Who Work: Rewriting the Rules for Success.

Ivanka y Jared empezaron su relación sentimental en 2005 y se casaron en 2009. Hasta llegar ahí, tuvieron que superar diversos obstáculos; en especial, las objeciones religiosas de los padres de él. Los Kushner son judíos y Jared fue educado en la tradición moderna ortodoxa, que conjuga un estricto seguimiento de las normas y las costumbres del judaísmo en el marco de una vida secular. Finalmente Ivanka se convirtió al judaísmo, religión en la que son educados los tres hijos de la pareja.

 

jared kushner_forbes

 

No toda la familia Trump creyó con la misma fuerza en las posibilidades de la candidatura presidencial del patriarca. Sin embargo, Jared e Ivanka demostraron una notable intuición cuando lo apostaron todo a la carta del aspirante más denostado de la historia EEUU. La campaña de Trump contaba con mucho menos presupuesto que la de su rival, su amiga Hillary Clinton, y una estrategia digital mediocre en un principio. Jared tomó conciencia de las posibilidades y, en tiempo récord, sin experiencia política alguna, desarrolló un complejo sistema de medición apoyado en las redes sociales de cada potencial votante cuyo mérito ha sido reconocido incluso por Eric Schmitd, uno de los fundadores de Google, demócrata y asesor de Clinton. Tal vez sea precipitado afirmar que Jared consiguió la presidencia, pero nadie cuestiona que tuvo una influencia decisiva.

La discreción de Jared Kushner, cuya cuenta de Twitter, creada en 2009, registra cero tweets, contrasta con la beligerancia de su suegro. Los observadores estiman que la influencia de la pareja sobre el presidente puede ser positiva y moderadora. Una vez abierta la posibilidad de las sagas familiares en el gobierno de EEUU, tal vez en 2020 sea alguno de los dos quien se presente para ocupar el Despacho Oval.

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