Casi ocho millones de personas han escuchado ya a Hyeonseo Lee, activista, oradora y escritora de origen norcoreano, contar su historia en una intervención en 2013 en TED. Una historia de huida, miedo y sobornos, que ejemplifica las dificultades que atraviesan los norcoreanos para poder asentarse en otro país; pero en esta ocasión, “con final feliz”.
Esta disidente de 37 años (Hyesan, Corea del Norte) escapó a través del río Amrok, frontera natural entre China y Corea del Norte, cuando aún no tenía 18 años cumplidos. Muchos norcoreanos intentan utilizar esta vía para escapar del país, no sin riesgo de ser apresados o fallecer en el intento. Sin embargo, sus motivaciones no eran apremiantes: ella misma afirma que, debido al estatus de su familia, perteneciente a los “leales” dentro del sistema de castas (songbun) que ordena la sociedad del país, nunca pasó hambre, a pesar de que esta se llevó consigo a más de un millón de norcoreanos en la segunda mitad de los años noventa.
Fue la curiosidad la que motivó su viaje hasta China para vivir con unos parientes lejanos, y su inteligencia y buen dominio del idioma los que le salvaron de ser deportada, cuando su regreso habría supuesto un riesgo para su integridad física.
A partir de ese momento comenzó su ajetreada travesía por la región, primero a Corea del Sur, y luego a Laos con su familia –para evitar las represalias por recibir el dinero que les mandaba desde el exterior–. Como relata, una vez que se quedó sin dinero para pagar la fianza (o sobornos) para liberar a su familia, la ayuda desinteresada de un desconocido marcó un punto de inflexión vital en el que encontró la inspiración para ayudar a la población norcoreana, a través de su propia experiencia.
Son pocos los testimonios que llegan a Occidente desde Corea del Norte, y algunos de ellos han minado la credibilidad del conjunto de voces que se han alzado para narrar cómo se vive en uno de los países más represivos del mundo. Tras participar en una tertulia de la televisión surcoreana en 2012, fue su marido –un voluntario estadounidense que le enseñaba inglés en Seúl– quien le dio la idea de compartir su historia con el público anglosajón.
En 2015 publicó su primer libro, La chica de los siete nombres (editorial Península) , y prepara ahora el segundo. Además, ha sido entrevistada por grandes cadenas multinacionales como la BBC o la CNN, y colabora en medios como el New York Times o el Wall Street Journal Korea Real-Time. Según su página personal, su activismo está a punto de consolidarse, ya que planea fundar una organización para facilitar la interacción entre refugiados norcoreanos y la comunidad internacional.