¿Cuál es el objetivo de España en cuanto a Gibraltar en el acuerdo del Brexit?
En la recta final de las negociaciones del Brexit un escollo esperable ha surgido de manera inesperada: Gibraltar. En el borrador de acuerdo de retirada acordado entre Theresa May y el equipo negociador europeo, dirigido por Michel Barnier, no queda claro, según el gobierno español, que el futuro estatus de Gibraltar tenga que negociarse de manera bilateral entre España y Reino Unido. Si esto no se asegura, España amenaza con vetar el Brexit. Mientras tanto, Madrid y Londres acaban de negociar un preacuerdo sobre la materia, centrada en el periodo transitorio del Brexit. ¿Y después? Preguntamos a los expertos cuál es el objetivo de España en cuanto al futuro de un Gibraltar post-Brexit.
Carlos Carnicero Urabayen | Periodista y politólogo. Ha trabajado durante la legislatura 2009-14 en el Parlamento Europeo. @CC_Urabayen
Las políticas de ampliación de la UE implican la llegada de nuevos socios. Tienen también una derivada exterior: nuevas fronteras y nuevos vecinos. Con el Brexit sucede algo similar: la salida de un socio supone un nuevo reto para la política exterior de la UE, con la peculiar rareza de que las relaciones con este nuevo tercer actor (Reino Unido) forzosamente serán menos intensas respecto a su estado actual.
Tras el Brexit, Reino Unido compartirá frontera con la Unión Europea a través de Irlanda y España. Dado el contencioso histórico que Madrid y Londres tienen respecto a Gibraltar, el nuevo estatus de la relación entre Reino Unido y la UE cobra una especial sensibilidad para España. Cuando se iniciaron las negociaciones del Brexit, se reconoció que “ningún acuerdo entre la UE y Reino Unido se podría aplicar a Gibraltar sin el acuerdo entre España y Reino Unido”. En la práctica es un derecho de veto para Madrid respecto al acuerdo del Brexit; una medida extrema que ahora Pedro Sánchez amenaza con ejecutar.
El gobierno español teme que en el acuerdo de divorcio no quede claramente reflejado que en las negociaciones sobre las relaciones futuras entre Reino Unido y la UE, seguirá la bilateralidad hispano-británica para tratar el asunto del Peñón. España teme que Gibraltar se diluya en medio de una complicada negociación entre 27 países y un nuevo vecino para abordar las relaciones futuras. Ello le haría perder a Madrid influencia sobre el futuro estatus de Gibraltar en el nuevo marco de relaciones.
Jeremy Cliffe | Columnista Charlemagne en The Economist. @JeremyCliffe
El gobierno español insiste en que el futuro de Gibraltar solo puede ser negociado bilateralmente entre Reino Unido y España. Esto es perfectamente razonable. La cuestión de Gibraltar no debería formar parte del conjunto de cuestiones incluidas en las negociaciones Londres-Bruselas.
Bajo el acuerdo de Brexit, tres comités hispano-británicos gestionarán materias como los derechos laborales, medioambientales y policiales que podrían verse complicados por la salida de Reino Unido (el aeropuerto, no obstante, continúa siendo un asunto de difícil resolución). Ninguna de las partes quiere retornar a la tensión del pasado. Gibraltar votó de forma unánime a favor de permanecer en la UE, así que está siendo arrastrado en contra de su voluntad. España, y en particular el Campo de Gibraltar, se benefician de tener vínculos abiertos con Gibraltar.
A largo plazo, no obstante, la política podría cambiar. Demográficamente, Gibraltar y su vecindario en España crecen juntos. El Brexit volverá la defensa pragmática de un control británico exclusivo en Gibraltar menos obvia. España podría volverse más atractiva para los habitantes del Peñón, especialmente bajo la influencia positiva del actual gobierno. No haré predicciones firmes, pero a largo plazo no hay que descartar que revivan los debates pasados sobre la cosoberanía.
Bernardo de Miguel | Corresponsal del diario El País en Bruselas. Autor de ¿Qué está pasando? (Deusto). @BernardodMiguel
Sustituir Londres por Madrid.
El objetivo de España en relación con Gibraltar en la negociación sobre el Brexit parece bastante obvio: que la privilegiada relación que el Peñón disfruta con la UE deje de pasar por Londres y requiera el visto bueno imprescindible de Madrid. El gobierno español se garantizaría así una llave sobre el futuro de un territorio sobre el que mantiene una reivindicación de soberanía.
Gibraltar no es parte de Reino Unido y por tanto no forma parte de pleno derecho de la Unión Europea. Pero gracias a Londres ha podido beneficiarse del acceso al mercado interior sin integrarse en la unión aduanera y manteniéndose fuera del ámbito del IVA. Las autoridades gibraltareñas han aprovechado esa excepcionalidad para desarrollar un modelo económico que, según España, se basa en el dumping fiscal pero que, en todo caso, ha convertido al pequeño territorio en uno de los lugares de mayor PIB per cápita del mundo.
España se encontró con esa situación cuando ingresó en 1986 en la UE (entonces CEE). Y no pudo hacer nada para revertirla porque Reino Unido llevaba 13 años en el club. Pero el Brexit cambia el escenario y las autoridades españolas quieren garantizarse que a partir de ahora el estatus de Gibraltar en relación con Europa dependerá de la luz verde de Madrid.
Ese derecho de veto había sido reconocido en las directrices de negociación cursadas por el Consejo Europeo al equipo negociador de la UE, liderado Barnier. Y ha sido reiterado en repetidas ocasiones a lo largo de los 21 meses de negociación.
Pero España se siente traicionada por el borrador del Acuerdo final de salida. O contrariada, por decirlo con los términos más diplomáticos del presidente del gobierno, Pedro Sánchez. Según el ejecutivo español, ese texto (en su artículo 184, en concreto) otorga prioridad absoluta a las negociaciones sobre la futura relación entre la UE y Reino Unido, sin reconocer de manera expresa, e incluso excluyéndolo de manera explícita según fuentes españolas, que esa relación no atañe a Gibraltar salvo que lo autorice España.
La virulenta reacción de España, que incluso ha amenazado con descarrilar el pacto del Brexit a solo unos días de la cumbre europea que debe sellarlo, ha sorprendido hasta a los diplomáticos más avezados de Bruselas. El estatuto del Peñón en las conversaciones sobre la salida de Reino Unido de la UE se daba por solucionado en muchas capitales, tras meses en los que el asunto había quedado reservado a la negociación bilateral entre Madrid y Londres. Los socios europeos han descubierto de la noche a la mañana que el pequeño promontorio meridional del continente podría desbaratar uno de los acuerdos más trascendentales en la historia del club.
Bruselas apuesta por solucionar el conflicto con alguna fórmula diplomática (como una Declaración aneja al pacto) que reconozca de nuevo que España tiene la úlitma palabra. Si se logra, como parece posible, la cumbre del 25 de noviembre podría convertirse en el final de las negociaciones del Brexit y el comienzo de la siguiente pesadilla: el proceso de ratificación para que Reino Unido salga de la UE el 29 de marzo y el Brexit ponga fin a la privilegiada situación de Gibraltar.
Alejandro del Valle Gálvez | Catedrático de Derecho Internacional, director del Centro de Excelencia Jean Monnet de la Universidad de Cádiz.
El Brexit supone un completo reposicionamiento del estatuto europeo de Gibraltar en su relación con la UE y España. Los intereses de España en esta tesitura son la tradicional reclamación de la soberanía sobre la Ciudad perdida del Reino; pero también constituye interés del Estado el de la población española del Campo de Gibraltar, y en especial del municipio fronterizo de La Línea, que vive día a día las consecuencias de una controversia histórica. Aquí tenemos dos planteamientos: el de soberanía y el de cooperación transfronteriza con Gibraltar.
Las orientaciones europeas de negociación de abril de 2017 establecieron la necesidad de un previo acuerdo hispano-británico para cualquier decisión de aplicación de Tratados UE-Reino Unido a Gibraltar. El ministro García-Margallo antepuso la cuestión de la soberanía, provocando un periodo de agria confrontación con Reino Unido y Gibraltar, que perjudicó especialmente al Campo de Gibraltar. Su propuesta de cosoberanía, realizada sin previo consenso en las Cortes, no obtuvo ningún resultado y bloqueó cualquier cooperación de la comarca circunvecina con Gibraltar.
Un planteamiento diferente es el que se ha llevado a cabo durante la negociación del Tratado de Retirada de Reino Unido de la UE, privilegiando los acuerdos de cooperación transfronteriza. El Protocolo del Proyecto de Acuerdo de Retirada del 14 de noviembre de 2018 tiene en este sentido una importancia extraordinaria, pues refleja acuerdos en muchos aspectos problemáticos cotidianos, e incluso eleva a rango de Derecho originario cuestiones esenciales de la cooperación transfronteriza en la comarca: trabajadores transfronterizos, fiscalidad e intereses financieros, medioambiente y pesca, cooperación aduanera y policial; creándose además una estructura de seguimiento de estos acuerdos. El Protocolo reenvía a cuatro Memorandos, y tiene el potente significado de blindar mediante Tratado internacional materias esenciales de cooperación con Gibraltar, dando así respaldo y amparo jurídico de la UE a este modus vivendi acordado previamente. La estrategia negociadora española parece haber reservado las cuestiones de soberanía para plantearlas bilateralmente de cara al posterior Tratado de relación futura UE-Reino Unido, en principio previsto para ser aplicado a partir de enero de 2021, y en el que también deberían incorporarse estos primeros acuerdos de cooperación transfronteriza del Protocolo de noviembre de 2018.
Y además, en #AgendaExterior: ¿Puede naufragar el ‘Brexit’ en Gibraltar?
Gracias por los comentarios. Me gustaría que Política Exterior publicara un artículo de análisis de fondo sobre este tema (tal vez lo esté preparando ya), como lo hace en ocasiones con otros temas. En mi opinión, convendría partir del Tratado de Utrecht de 1713 para llegar al estatuto de Gibraltar tras la adhesión del Reino Unido a la UE (CEE) en 1973. Sería interesante describir la relación jurídicopolítica actual entre el Reino Unido y Gibraltar (Bernardo de Miguel dice que Gibraltar no es parte del Reino Unido: pero entonces ¿qué es? porque tampoco es un estado) y luego analizar las posibles relaciones de Gibraltar con el Reino Unido, la UE y España tras el Brexit. Muchas gracias. Saludos cordiales.