Las relaciones comerciales entre España y China experimentaron un despegue importante en 1993. Los años 1994 y 1995 vieron confirmada su tendencia al alza. El año pasado, sin embargo, no se detuvieron las exportaciones chinas a España, mientras que las ventas españolas a China, experimentaron una caída notable. Las razones de este descenso son complejas, pero sin duda están relacionadas con la política de ajuste estructural.