Los bancos españoles se han convertido gracias a fuertes lazos culturales e históricos, en grupos económicos de primera fila, con importantes inversiones en la región, que a su vez han hecho que estos países, con cambios sociopolíticos, hayan evolucionado a una mejora sustancial en su desarrollo económico. Aunque este avance no está exento de riesgos, las oportunidades siguen siendo favorables y las perspectivas, a pesar de las crisis asiática y rusa, no son negativas.