El 18 de julio Mauritania celebró elecciones presidenciales, en las que resultó ganador, con el 52,3% de los votos, Mohamed Ould Abdelaziz, el general que encabezó, hace casi un año, el golpe del Estado para derrocar al presidente Sidi Uld Cheij Abdallahi. En efecto, el 6 de agosto de 2008, el ejército entraba de nuevo en la escena política para “redirigir” una transición iniciada hacía tres años tras otro golpe de Estado (3 de agosto de 2005), contra el régimen de Maawiya Uld Sidi Ahmed Taya. El detonante de este último golpe de Estado fue la inestabilidad gubernamental.
De confirmarse estos resultados por el Tribunal Constitucional de Mauritania, no será necesaria una segunda vuelta. Abdelaziz obtiene muchos más votos que sus principales adversarios: Messaoud Ould Boulkheir, presidente de la Asamblea Nacional y cabeza de la Alianza Popular Progresista (16,7%); el líder de la oposición parlamentaria y presidente de la Agrupación de Fuerzas Democráticas, Ahmed Ould Daddah (13,8%) y su primo, el coronel Ely Ould Mohamed Vall (3,7%), el antiguo presidente del país y jefe de la Junta Militar que dirigió la transición hacia la democracia entre 2005 y 2007. El islamista moderado Jemil Ould Mansour obtiene el 4,5%.
Los observadores internacionales de la Unión Africana, los únicos presentes en los comicios, confirmaron la transparencia del proceso. Sin embargo cuatro de los candidatos –Boulkheir, Daddah, Vall y Hamadi Ould Meimou– han denunciado que las elecciones han sido «una mascarada electoral que pretende legitimar el golpe de Estado» de agosto de 2008 e instan al «pueblo mauritano a movilizarse para hacer fracasar el golpe de Estado electoral». Todo hace prever que Mauritania seguirá atravesando una etapa de turbulencias que empezó hace un año.
Al día siguiente de las elecciones, el general Abdelaziz se presentó como ganador y planteó la lucha contra el terrorismo y la pobreza como dos de sus prioridades. Al mismo tiempo, rechazó disolver la junta militar y anunció un aumento del poder del ejército en el país.
Estos comicios tienen lugar tras el acuerdo alcanzado en la capital senegalesa el 4 de junio entre los militares golpistas y la oposición. Entre los principales logros del Acuerdo de Dakar está la recomposición de la Comisión Electoral Nacional Independiente (CENI), encargada de velar por la transparencia de las elecciones, y la formación de un gobierno provisional de unidad nacional integrado a partes iguales por seguidores de Abdelaziz y antigolpistas.
Más información:
Zekeria Ould Ahmed Salem, “Mauritania antes y después del golpe de Estado”, Afkar/Ideas 20, diciembre 2008.
Raquel Ojeda, “Transición en Mauritania”, Afkar/Ideas 16, diciembre de 2007.
Raquel Ojeda, “Mauritania, las consecuencias del golpe”, Observatorio electoral TEIM, septiembre 2008 (pdf).