El sector turístico, la actividad económica española más importante con el automóvil y la construcción, difícilmente va a actuar como motor de recuperación en la actual crisis. Las cifras de los últimos meses muestran que los viajes, el transporte aéreo y la hostelería no quedan al margen de la recesión.
La caída de la llegada de turistas, el principal barómetro utilizado por la industria, alcanzará este año, según la Organización Mundial del Turismo (OMT) el 3%, unas previsiones que pueden ser corregidas a la baja. El sector turístico español registra niveles de declive superiores a los del resto de Europa, que por la fortaleza del euro, ya es de por sí una de las zonas del mundo que más está sufriendo el descenso de visitantes.
La llegada de turistas extranjeros a España durante los primeros cinco meses de este año se situó en los 18,3 millones, un 11,8% menos que en el mismo periodo de 2008, según el ministerio de Industria, Turismo y Comercio. Andalucía perdió hasta mayo un 12,2% y la Comunidad Valenciana un 19%. La primera consecuencia de esa bajada ha sido una quiebra del tradicional superávit español de la balanza turística, que cayó entre enero y abril desde los 6.417,4 millones de euros de 2008 a los 5.910,8 millones de este año.
Esa situación se debe en parte a Reino Unido (un 18% menos de visitantes británicos hasta mayo), pero también al hecho de que los viajeros europeos se están decantando por los llamados “emergentes próximos”, un fenómeno que se ha acentuado en los últimos 10 años. Mientras que la llegada de turistas subió, según la OMT, el 1,7% en España en 2006-07, aumentó el 7,5% en Croacia, el 6,7% en Hungría, el 17,6% en Turquía y el 22,1% en Ucrania.
El turismo ha sido una de las grandes fuentes de ingresos exteriores en España, con cifras próximas al 10% del PIB. Por ello, Sebastián Escarrer, vicepresidente de Sol Meliá, pidió hace unos días “medidas urgentes” para evitar que el sector turístico contribuya a aumentar el desempleo. Pero no se conocen aún reacciones oficiales ni programas de reordenación del sector.
Varios países receptores están tomando medidas como la reducción de impuestos y la desburocratización, conscientes de que en estos momentos es crucial eliminar todos los obstáculos que dificulten el turismo. Otros destinos han establecido sistemas financieros para apoyar a las empresas turísticas. Los expertos creen, sin embargo, que la falta de respuesta se debe a la dificultad para trazar una estrategia de rediseño coherente del sector en España, muy variada en su posicionamiento y excesivamente madura.
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