La Revolución Rusa de 1917 y las fuerzas asociadas a la movilización marxista influyeron de forma relevante en la historia del siglo XX, también en Oriente Medio y el Norte de África. La solidaridad revolucionaria ayudó a impulsar la actividad de las fuerzas de izquierda y, especialmente, de los partidos comunistas. Toda la izquierda tuvo que posicionarse con respecto a la URSS, ya fuera siguiendo sus pautas –y siendo influenciada por la línea ideológica dogmática del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS)– o en búsqueda de una posición autónoma. La lista de partidos comunistas creados desde Marruecos hasta Irán en el período es larga. Este comunismo chocó con otras ideologías fuertes que lo percibían como amenaza o como competencia, principalmente el nacionalismo y el islam político. Sin embargo, las organizaciones, sus activistas y su ideología tuvieron un fuerte impacto en las sociedades de estos países.
Las ideas socialistas habían entrado por primera vez en Oriente Medio a finales del siglo XIX, en ocasiones de la mano de militantes que recorrieron las principales ciudades del momento, como el judío palestino Joseph Rosenthal que se trasladó a Egipto y estableció contactos con sindicatos dirigidos por militantes griegos. En otros casos, fueron emigrantes originarios de la región quienes establecieron contacto con experiencias revolucionarias en Europa (emigrantes iraníes y turcos en la Rusia revolucionaria, turcos e iraquíes en Alemania, argelinos y marroquíes en Francia, etc.). O las ideas se expandieron a través de la colonización de los países árabes y los movimientos de población asociados (británicos en Egipto, franceses en Túnez, Argelia y Marruecos, o colonos judíos en Palestina). Miembros de minorías como los judíos y los armenios, muchos de los cuales eran políglotas, fueron especialmente receptivos a la influencia de las ideas venidas de Europa.
Estos primeros comunistas fueron influenciados por el…