La bloguera cubana Yoani Sánchez (La Habana, 1975) escribe en el número de Julio/Agosto de Política Exterior «De utopías y empecinadas realidades». Gracias a su blog, Generación Y, Yoani ha sido seleccionada por la revista Time como una de las 100 personas más influyentes del mundo en la categoría “Héroes y pioneros”. Según la revista Time y la CNN, Generación Y está entre los 25 mejores blogs del mundo. Yoani no pudo recoger en 2008 el Premio Ortega y Gasset de periodismo al mejor trabajo digital. Las autoridades no le dieron la autorizaron para salir de la isla.
«Generación Y es un blog inspirado en gente como yo, con nombres que comienzan o contienen una ‘i griega’. Nacidos en la Cuba de los años 70’s y los 80’s, marcados por las escuelas del campo, los muñequitos rusos, las salidas ilegales y la frustración. Así que invito especialmente a Yanisleidi, Yoandri, Yusimí, Yuniesky y otros que arrastran sus ‘i griegas’ a que me lean y me escriban».
Cuanta razon tiene este artículo, tendrían que leerlo y meditar sobre él las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo de la Argentina. Que creen que la vida de los cubanos nunca estuvo mejor que con Fidel y que sus desgracias solamente son originadas al mundo capitalista de EEUU y de todos aquellos que no creen en las bondades del comunismo.
Hipotecas a plazos increíbles, sueldos que no permiten la emancipación hasta entrados los treinta (en el mejor de los casos). Créditos a cinco y más años para pagar un coche nuevo (que posiblemente no necesitaríamos con otro tipo de ordenación territorial). Vacaciones que sólo son posibles a través de la explotación de terceros (veamos los sueldos de la hostelería y sus horarios laborales). Un mercado laboral que precariza, sistemáticamente, a los nuevos licenciados.
En resumen, no es necesario irnos a Cuba para encontrarnos situaciones similares (jovenes inquietos al borde de la anomia). Tal i como dice el chiste: Lo peor es que todo lo que nos contaron del capitalismo es cierto.
Jordi (licenciado en historia y con sociología a medio terminar), sigo buscando mi espacio.