La representación de la sexualidad en el cine magrebí ha pasado de ser un disfraz alusivo a las injusticias de la política patriarcal a denunciar los males que sufren las mujeres.
En los distintos cines árabes, la representación de la sexualidad lleva mucho tiempo infringiendo el discurso oficial: un tabú que a su vez remite a otro tabú aún más grave e inefable en el entorno patriarcal rígido del fuera de cámara. La aparición discreta, alusiva, de la sexualidad (hetero, homo, bi, plural, fluida) en la pantalla la convertía en un disfraz, un símbolo de otra transgresión: la de la oposición al orden sociopolítico, e incluso al orden de lo sagrado. Al ocultar varias disidencias graves, la sexualidad constituye inmediatamente algo engañoso y a la vez polivalente. Sin embargo, hace entre cinco y siete años que la representación de las sexualidades en el cine parece más bien denunciar, además del hecho político, los abusos contra las mujeres y la falta de acceso a una sexualidad consentida plena.
Este artículo propone rastrear la evolución de la representación de la sexualidad en las cinematografías de las realizadoras del Magreb –de lo implícito a lo explícito, del disfraz al desenmascaramiento–, a través de las últimas películas de varias directoras marroquíes y tunecinas.
‘Actos performativos del género’ y sexualidad en la pantalla
Dos factores intervienen en la construcción del género en el cine magrebí poscolonial: por un lado, la cultura regional y local que construye el género según normas a la vez “rearabizadas” islámicas y bajo la influencia europea; por otro, los códigos cinematográficos que rigen la representación del género. En ambos casos, el género construido y proyectado sobre la pantalla está enteramente contenido en lo que Judith Butler denomina su “performatividad” (“Performative Acts and Gender Constitution: an Essay in Phenomenology and Feminist…