Iguil es una palabra que se repite constantemente en las coberturas que realizan los canales federales rusos cuando difunden noticias sobre la guerra de Siria. Traducido al castellano, equivale a ISIS, acrónimo con el que se identifica comúnmente al grupo ultrarradical Estado Islámico (EI). Se trata de un nombre conocido por la inmensa mayoría de la ciudadanía rusa, que de forma automática y sin matices, lo identifica con el terrorismo. Hasta tal punto Iguil es sinónimo de violencia y destrucción en este país que la legislación rusa exige que cada vez que se menciona su nombre públicamente, el medio de comunicación concernido añada la aclaración, en forma de apostilla, de que se trata de un grupo “prohibido” por el gobierno en todo el territorio nacional.
Cuando Rusia inició su campaña de bombardeos en el país árabe, en septiembre de 2015, no había crónica o entradilla informativa televisiva en la que no apareciera el término Iguil en una o varias ocasiones. Las agencias estatales de noticias en Moscú no tardaron en seguir la estela de sus colegas en los medios audiovisuales, incluso meses después de que las primeras bombas rusas comenzaran a caer sobre suelo sirio, cuando ya había quedado claro, a ojos de todos los observadores, que la destrucción del EI no figuraba entre las prioridades de la misión rusa. Con motivo del primer aniversario del inicio de la operación militar rusa, la versión en inglés de Sputnik encabezó una sección recopilatoria de artículos con un elocuente titular: “Rusia versus ISIS en Siria”. La palabra “terrorismo” también aparecía en un lugar destacado en varios titulares de los textos difundidos bajo el contundente epígrafe.
Desde el principio de la intervención militar en Siria, Rusia ha querido colocar bajo un mismo paraguas a cualquier grupo opositor enfrentado al régimen de Bashar al…