La actual movilización yihadista en Europa occidental es un fenómeno excepcional por su alcance y magnitud. De los países de Europa occidental procede entre una quinta y una sexta parte del total de combatientes terroristas extranjeros que desde 2012 se han trasladado a Siria e Irak para unirse a las organizaciones yihadistas activas en esos dos países, principalmente a Estado Islámico (EI o ISIS, como aún suele aludirse a la misma por las siglas en inglés del nombre que adoptó entre abril de 2013 y junio de 2014 la que fuera rama iraquí de Al Qaeda), pero también a la rama siria de Al Qaeda o sus entidades afines en la zona de conflicto. Los musulmanes de Europa occidental están no menos de 16 veces sobrerrepresentados respecto a los combatientes terroristas extranjeros procedentes de otras regiones del mundo.
Se trata de una movilización yihadista que, sin embargo, no ha afectado ni afecta por igual a los distintos países de Europa occidental. El número de combatientes terroristas extranjeros varía notablemente de unos a otros. Tomando como referencia los 28 países que integran la Unión Europea, se observa que los más afectados son aquellos en los cuales se dan dos circunstancias: de un lado, que el tamaño de sus poblaciones musulmanas es considerable respecto al conjunto de la población; de otro, que dichas poblaciones musulmanas se encuentran principalmente compuestas por segundas e incluso sucesivas generaciones, es decir, por descendientes de inmigrantes llegados del norte de África, Oriente Próximo y el sur de Asia.
Pues bien, los más de 30 atentados yihadistas perpetrados en Europa occidental entre la primavera de 2014 y la de 2017 han tenido lugar en seis de los ocho países más afectados por dicha movilización: Francia, Bélgica, Reino Unido, Alemania, Suecia y Dinamarca. Los restantes dos, en los que…