Durante la década de los 90 las economías de Alemania y España han consolidado los importantes cambios estructurales emprendidos en los años 80. Entre los acontecimientos más importantes por sus efectos sobre las relaciones comerciales bilaterales, destacan el proceso de reunificación de Alemania y la integración española en la Comunidad Europea (CE). La reunificación supuso una mayor sensibilidad de Alemania hacia los países del Este en el comienzo de la transición a sistemas democráticos y de libre mercado en las economías centralizadas. Para España, la plena integración en la CE culminó el proceso de apertura e internacionalización de su economía sin posibilidad de dar marcha atrás, lo que ha supuesto una mayor presencia en términos de comercio e inversión internacional y una mayor participación en las decisiones políticas a escala mundial.

Tras la superación de las transiciones en los dos países puede observarse un proceso de convergencia real de la economía española con la europea que ha llevado a que, sobre los antiguos patrones de relaciones empresariales basados prioritariamente en el comercio exterior, prevalezcan nuevos modelos relacionados con el intercambio de conocimientos y el desarrollo de proyectos empresariales conjuntos. Sin duda, todo el proceso que ha llevado a la integración de España en la unión económica monetaria (UEM) ha sido un factor que ha coadyuvado a que continúe esta situación, especialmente por sus efectos sobre los movimientos de capitales y la coordinación de políticas económicas. Las perspectivas a medio plazo señalan una mayor coordinación de las políticas de ambos países dentro de la UEM que redundará en mayores posibilidades para aprovechar las sinergias empresariales mediante la creación de relaciones más estrechas y estables. En este sentido, cabe destacar la cooperación al desarrollo en terceros mercados y en los programas de investigación.

A lo largo de los últimos 10 años, la…