El país celebra elecciones en medio de escándalos políticos y religiosos que solo crean desorden e incertidumbre entre la opinión pública.
Cómo hacerse una idea de las elecciones en Marruecos? Desde que Mohamed VI accedió al trono en 1999, el país ha pasado por varios cambios, sobre todo en el plano electoral. En los últimos años, hemos asistido a elecciones “casi” transparentes, limpias, en concreto en 2007 y en 2011. Esta transparencia se manifiesta primero en la gestión de los números. Marruecos ha pasado de tener un índice de participación oficial superior al 80% a uno de en torno al 53%, como pasó en las municipales del 4 de septiembre de 2015. Hasta los referéndums convocados por el rey se han revisado en términos de números. En el último, celebrado en julio de 2011, sobre la Constitución, el índice de participación fue del 73%, en lugar del 99,99% de la época de Hassan II. El Estado ha revisado su lectura de las cifras, un modo de adentrarse en el camino de la democratización, sin que los agentes del Estado intervengan tanto en el desarrollo de las elecciones.
Hay dos comicios reveladores de este fenómeno: los de 2007, con un índice de participación “oficial” del 37%, y los de 2011, que llevaron al Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD), el referente islámico, al poder. El PJD ganó las elecciones con un 27,08% de los votos, 107 escaños de 395, con un índice de participación del 45,40 %. Como bien dice el jefe del gobierno y secretario general del PJD, Abdelilá Benkirán, el partido ganó gracias al movimiento contestatario del 20 de febrero, a pesar de no tener “ningún mérito” en dicho movimiento. Incluso el actual jefe del gobierno estaba en contra porque, según él, atacaba a los símbolos del…