El presidente de Rusia, Vladimir Putin, está dispuesto a poner toda la carne en el asador para ganar la guerra en Ucrania. Ha anunciado su intención de elevar el gasto militar de Rusia al nivel más alto desde los últimos años de la Unión Soviética, antes de que colapsara. En total, Rusia destinará 145.000 millones de dólares (13,5 billones de rublos) al gasto en defensa, tres veces más que antes del inicio de la invasión de Ucrania.

Hace un año, el Ministerio de Finanzas ruso anticipó que el gasto en Defensa se reduciría un 21% en 2025, pero los planes han cambiado. La guerra ha entrado en una nueva fase recientemente, por el agotamiento de Ucrania y sus principales socios. Moscú vislumbra un final favorable si finalmente Donald Trump logra la victoria en las urnas el próximo mes de noviembre y ha decidido redoblar los esfuerzos para lograr una victoria total.

Todas las partidas del gasto militar están en máximos desde hace tres décadas, incluyendo los sueldos de los soldados en el frente y la inversión en nueva tecnología de guerra. La actual evolución del conflicto le sonríe a Putin. En el plano económico, ha conseguido frenar el terremoto que supusieron las sanciones de Occidente, con la ayuda de China y otros países asiáticos. En el plano militar, ha logrado frenar la contraofensiva ucraniana y está cosechando sus primeras victorias importantes en el frente.

Este momento de euforia en el Kremlin se ha visto reflejado en el presupuesto para el próximo año. El gasto militar se llevará nada menos que el 41% del presupuesto del próximo año. En total, alcanzará el doble del presupuesto total destinado a partidas sociales, como las pensiones, prestaciones y ayudas públicas.

Moscú también está dispuesto a recortar en servicios públicos, ya infrafinanciados antes de…