Siria, los rostros de la revolución

En un mundo árabe que se hunde bajo la represión y la barbarie en Gaza, la primavera de 2011 parece un sueño cada vez más lejano. Por primera vez después de décadas de estancamiento, aquellos meses en los que las revueltas populares no violentas se extendían como pólvora de país en país permitieron imaginar un mundo árabe diferente, donde reinaran la libertad y la justicia.

Para que aquellos proyectos de emancipación tengan una nueva oportunidad es importante que no caigan en el olvido, y quizás esa sea la principal aportación de un nuevo libro: Síria, els rostres de la revolució, escrito por el periodista Oriol Andrés.

Andrés, que pasó la mayor parte de la década posterior a las llamadas primaveras árabes en Beirut trabajando para diversos medios, entre ellos la Cadena Ser y la televisión autonómica catalana TV3, revisita en su libro los primeros años de la inacabada «guerra civil» en Siria a partir de un minucioso relato de las experiencias de los activistas no violentos que se atrevieron a soñar un país libre. Aunque fracasaron en su ambición, desempeñaron un papel importante que puede servir de inspiración a generaciones futuras.

Uno de los temas que aparece a menudo es el de la militarización de la revolución. Aunque el autor quizás no haya querido abrir un debate al respecto, sí puede surgir en la mente del lector a partir de las opiniones de los activistas. La mayoría creía que en el estallido de un conflicto armado
llevaría a la muerte de la revolución. De hecho, esta fue la indisimulada estrategia del presidente Bashar al Assad para perpetuarse en el poder. ¿Hubiera podido transitar por otro camino la revolución, o la guerra era inevitable? ¿Hubo alguna vez opciones reales de derrocar al régimen?

Leer Síria, els rostres de la revolució resulta a menudo doloroso y triste. No podía ser de otra manera en un país devastado después de más de 13 años de guerra con un balance de unas 600.000 muertos, más de seis millones de refugiados y otros tantos desplazados internos. Además, en concreto, los activistas a favor de la democracia y los derechos humanos se convirtieron en blanco predilecto de la feroz represión de
los dos bandos, el régimen Al Assad y los grupos yihadistas, que acabaron imponiendo al pueblo sirio una dialéctica infernal.

No obstante, como demuestra el libro, había otras opciones. Existía en Siria una sociedad civil tenaz y organizada que, a pesar de acabar sucumbiendo a la fuerza y brutalidad de las armas, logró algunas importantes victorias. Por ejemplo, en mayo de 2017, la sociedad civil de Saraqib, una pequeña ciudad en el noreste de Siria, logró organizar unas elecciones locales a pesar del acoso que ya sufría de los yihadistas de Jabhat al Nusra. De hecho, en las zonas liberadas de la opresión de Al Assad, surgieron centenares de Consejos Locales que ofrecieron un edificante ejemplo de autogestión, ingenio e inclusividad.

Gracias al trabajo de la prensa internacional, que durante los primeros años del conflicto convirtió la cobertura de Siria en una prioridad, es posible encontrar crónicas de las elecciones de Saraqib, de las manifestaciones de Daraya, una de las primeras ciudades en levantarse, o de la arriesgada labor del colectivo «Raqqa is being slaughtered silently», que permitió que el mundo entero viera las prácticas inhumanas del «califato» del autodenominado Estado Islámico. Pero la obra de Andrés es única al vehicular todas estas experiencias de resistencia no violenta a partir del relato en primera persona de sus protagonistas.

El libro está dividido en capítulos, y casi todos ellos llevan por título los nombres de pila de dos activistas, como «Mazen y Yara» o «Bassel y Nura», pues sus vidas son el hilo conductor de cada uno. Y es que la principal motivación de Andrés al sentarse frente al teclado, más que hacer una nueva crónica de los hechos clave de la guerra siria, fue homenajear a un grupo de brillantes activistas que consagraron sus vidas, y en muchos casos las perdieron, en pos de una Siria mejor. A través de más de 300 páginas, conocemos quiénes eran estos activistas, qué pensaban, qué sentían, cómo se
organizaron… Ello da pie a contar varias historias de amistad, algunas de amor, muchas de pérdida. Todas, de compromiso y resistencia.

Uno de los méritos de este libro, además de su pulcra prosa, es la elección de un elenco de activistas que refleja la pluralidad de experiencias y escenarios de Siria y su conflicto armado. La suma de los testimonios de las vivencias de sus protagonistas ofrece un completo retablo de los principales actores, fases y batallas de la guerra en Siria. Síria, els rostres de la revolució es un ejercicio de intrahistoria, que es la mejor forma de entender el devenir colectivo humano, mucho más rico que la retahíla de batallas, fechas y líderes que enfatizaba la educación tradicional. Por todo ello, sin duda, este es un libro necesario.