La guerra de Rusia contra Ucrania representa la mayor amenaza para la seguridad de la Unión Europea desde su fundación. La respuesta de la Unión y de la OTAN ha incluido la imposición de sanciones económicas, el suministro de armas a Ucrania y el apoyo político a Kiev.
No cabe duda de que, sea cual sea el resultado de la guerra, es inconcebible una vuelta al statu quo geopolítico anterior. Esto también se aplica a la Política de Vecindad de la UE, especialmente respecto a sus vecinos del Este. En respuesta a la agresión de Rusia, Ucrania, Moldavia y Georgia solicitaron de inmediato su adhesión a la UE, expresando tanto su adhesión a los valores europeos como su deseo de abandonar definitivamente la esfera de influencia rusa. En el Consejo Europeo del 22 de junio de 2022, la UE concedió a Ucrania y Moldavia el estatus de países candidatos al tiempo que reconocía para Georgia la “perspectiva europea”. La respuesta de la Unión debe estar a la altura de la nueva situación geopolítica.
La política agresiva de Rusia va dirigida contra todo el orden de seguridad europeo y, por tanto, contra los intereses fundamentales de la UE. Esto significa que la cuestión de la integración de los vecinos orientales no se refiere únicamente a retos económicos y sociales: su integración con éxito será crucial para el futuro orden europeo y la nueva autoidentificación de la UE como actor geopolítico. Esta idea se ha convertido rápidamente en una prioridad de la política exterior de la Unión.
La UE y los vecinos del Este
Desde 2009, la política de la UE hacia sus vecinos del Este se ha regido por los mecanismos y principios de la Asociación Oriental. Sería una simplificación excesiva considerar que las relaciones de la Unión con estos…