Tras declarar la “victoria” contra la pandemia y sellar el tercer mandato presidencial de Xi Jinping en el XX Congreso del Partido Comunista Chino, Pekín mira decididamente hacia adelante. Por un lado, en clave doméstica, trata de recuperar el ritmo perdido, incentivando la demanda interna y blindándose contra las consecuencias de una crisis inmobiliaria que aún puede desbaratar muchos de sus planes. Por otro, mirando al exterior, refuerza su apuesta militar apuntando tanto a Taiwán como a Estados Unidos, visto como el principal obstáculo en su camino para volver a convertirse en el hegemón mundial. Todo ello sin olvidar las crecientes tensiones con India por cuestiones fronterizas.
El comienzo, el 5 de marzo, de la XIV Asamblea Popular Nacional fue el escenario elegido para presentar los rasgos generales de la nueva etapa que se abre con Li Qiang como primer ministro. En su discurso de balance, el saliente Li Keqiang…