La crisis financiera mundial y la transformación de los medios de comunicación derivada de Internet han hecho de Financial Times (FT) el medio verdaderamente global. Fundado en Londres en 1888 y convertido en “la voz de la City”, el diario está hoy en manos del grupo mediático japonés Nikkei, que pagó más de 1.200 millones de euros por la mítica cabecera. Desde su primer número, el FT se especializó en información económica e internacional, con una de las redes de corresponsales más extensas del mundo, incluso en la actualidad. Ha encontrado en Internet lo que para muchos es una fórmula mágica: 750.000 suscriptores, un 70% de ellos digitales. Su influencia política y económica es indiscutible. En 2010-11, en lo peor de la crisis para España, el gobierno tenía tanto interés en lo que publicaba el FT como en los informes de Bruselas. En el ámbito internacional, sus análisis y reportajes son igualmente influyentes a la hora de crear narrativas globales sobre los grandes asuntos mundiales. El comentarista-jefe de política internacional del FT, Gideon Rachman, estuvo en Madrid el 30 de noviembre de 2015 en un encuentro organizado por Aspen Institute España. Con una carrera periodística forjada en la BBC y The Economist, Rachman trabaja en el FT desde 2006. En Madrid, el periodista-analista habló de Europa, de un Reino Unido absorto por el Brexit, del conflicto sirio, de China y, sobre todo, se interesó por el panorama político español. Encontró también 50 minutos para conversar con Política Exterior.
Áurea Moltó: Usted ha escrito que la Unión Europea le recuerda a la Sociedad de Naciones, organización que entró en coma irreversible ante su incapacidad para afrontar los acontecimientos del periodo de entreguerras. ¿Cuáles serían hoy esos acontecimientos y su impacto en la UE?
Gideon Rachman. Trataba de ser provocador…