Los intercambios comerciales de España con Asia-Pacífico son responsables del 34% del déficit comercial español. El volumen de inversión a esos países es reducido. La cuota de mercado, muy por debajo de la media de la UE y el escaso capital español dirigido a la zona muestran la necesidad de mejorar la posición de España en un área que, una vez superada la crisis de finales de los años 90, presenta el mayor potencial de crecimiento en el mundo. El progresivo grado de apertura de las economías asiáticas, la evolución de sus importaciones y las previsiones de turistas desde y hacia la región son indicadores de buenas oportunidades para los productos y servicios de las empresas extranjeras.
A lo largo de 1999 y los primeros meses de 2000 los países del sureste asiático empezaron a dar muestras de haber superado la crisis económica que les sumió en 1997 en uno de los episodios de turbulencias financieras más importantes del sistema económico internacional de los últimos años. Sin embargo, todavía no se han recuperado las tasas de crecimiento del periodo anterior al estallido de la crisis.
Corea del Sur ha sido el país con una recuperación más rápida. Su tasa de crecimiento del PIB fue del 10% en 1999. Para China también fue más rápida la mejora económica y financiera de la zona y su PIB creció el 7,1% ese mismo año. Les siguieron Malaisia, Singapur, Tailandia y Filipinas, con tasas comprendidas entre el 3% y el 5,5%, mientras que el crecimiento del PIB de Hong Kong fue del 2%. Japón se situó en tasas de crecimiento positivas de PIB del 0,3% después de sufrir una grave recesión en 1998 (-2,5%). Sólo Indonesia, el país más afectado por la crisis cambiaria de 1997, tuvo un crecimiento negativo en 1999 (-0,5%).