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Túnez: elecciones con trasfondo político de diálogo

Khadija Mohsen-Finan
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El nuevo presidente mantiene una cierta ambigüedad: mientras alaba las ventajas de una política consensual, sigue demonizando a Ennahda para movilizar a sus tropas.

A lo largo del último trimestre de 2014, los comicios electorales marcaron el ritmo en Túnez. Se celebraron tres elecciones en tres meses: unas elecciones legislativas el 26 de octubre, la primera vuelta de las elecciones presidenciales el 23 de noviembre, y una segunda vuelta organizada a finales de diciembre para desempatar a los dos candidatos más votados entre los 22 en liza. Beyi Caid Essebsi superó por seis puntos a su oponente Moncef Marzuki, el presidente saliente.

Se trataba de las segundas elecciones libres del país desde la revolución. Mientras que en 2011 fueron los islamistas de Ennahda quienes ganaron los comicios, en 2014 fueron los modernistas del partido Nida Tunes quienes vencieron en las elecciones legislativas y presidenciales.

¿Qué significa esta alternancia política, teniendo en cuenta el hecho de que el gobierno cuenta con un ministro y tres secretarios de Estado islamistas? ¿Cómo puede llevar a cabo el Ejecutivo el reparto del poder con una escena política tan polarizada y los tunecinos tan divididos?

 

Bipolarización de la escena política

En octubre de 2014, los tunecinos eligieron a los diputados de su Asamblea. La Asamblea anterior, que había sido elegida en 2011, solo tenía una tarea, la de redactar la Constitución. De los cinco millones de tunecinos inscritos en las listas electorales, poco más de tres millones acudieron a las urnas para elegir a los 217 diputados, es decir el 62% del electorado.

Estos optaron por las dos grandes formaciones que dominan el ámbito político: Nida Tunes, que obtuvo 85 escaños, y el partido islamista Ennahda, que fue el segundo más votado con 69 escaños. A diferencia de lo sucedido en 2011, los temas…

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