AFKAR-IDEAS  >   NÚMERO 24

Estrategia para Oriente Próximo y Asia meridional

Brian Katulis
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Estados Unidos debe hacer realidad el ?poder inteligente?, más allá de la retórica, e impulsar la cooperación global y regional.

Barack Obama asumió el cargo de presidente con grandes esperanzas en cuanto a la posición de Estados Unidos en el mundo y las posibilidades de un cambio en su política exterior. A lo largo de su primer año, el presidente americano ha instado a iniciar una nueva era de compromiso mundial y de acción colectiva para abordar problemas de seguridad comunes, y su equipo de seguridad nacional se propone afrontar los problemas de seguridad mundial más acuciantes.
Pero hasta el momento, la administración Obama no ha establecido una estrategia global para Oriente Próximo y Asia meridional. En los primeros meses sólo han aflorado los aspectos tácticos individuales que podrían constituir un nuevo plan, pero todavía no se ha presentado ninguna estrategia de fondo.
Para desarrollar una estrategia efectiva y global, la administración Obama tiene que establecer metas claras y constructivas a largo plazo. Para desarrollar estos objetivos, tiene naturalmente que implicar a los ciudadanos y a los líderes de la región, algo que esta administración ha hecho desde el primer día de legislatura. Pero sin un planteamiento final y un conjunto de objetivos claramente definidos para Oriente Próximo y Asia Meridional, la política exterior americana seguirá estancada en una actitud reactiva, limitándose a responder a las crisis que inevitablemente vayan surgiendo en la región.
Dos son los objetivos estratégicos para la próxima década en Oriente Próximo y Asia meridional. Primero, EE UU debería trabajar para establecer una región estable y pacífica más integrada con el resto del mundo en todos los sentidos: social, política y económicamente. Segundo, la región debería tener un sistema de gobierno más funcional, justo y sostenible que proporcione seguridad y satisfaga las necesidades básicas de sus…

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