A lo largo de la costa marroquí es frecuente encontrarnos con una imagen muy alejada de la retenida en el imaginario de Marruecos: la presencia de frailes franciscanos en dichas tierras. A la extrañeza que supone tal presencia, se suma la consideración de los mismos como los restos de la etapa colonial. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. La existencia de la Orden Seráfica en tierras marroquíes se remonta siglos atrás, y forma parte de uno de los variopintos personajes que conforman la realidad del país, la frailía. En muchas ocasiones, éstos aparecen a los ojos de los marroquíes como hombres rodeados de prestigio y respeto, hombres de bien.