China ha sido capaz de garantizar la sucesión del poder de forma pacífica. La quinta generación de líderes tendrá que dirigir un nuevo modelo económico y el cambio social derivado de la modernización.
El congreso nacional del Partido Comunista Chino (PCCh) se reunió, como lo hace cada cinco años, entre el 8 y el 14 de noviembre de 2012. El resultado fue la elección de un nuevo comité central y la entrada en escena de la quinta generación de líderes chinos. El PCCh, una dinastía política de origen revolucionario, gobierna en China desde 1949, y hasta la actualidad la historiografía política china reconoce la existencia de cuatro generaciones de líderes, al frente de las cuales hay un representante máximo. Así, la primera generación estaría representada por Mao Zedong, la segunda por Deng Xiaoping, la tercera por Jiang Zemin y la cuarta por Hu Jintao. Xi Jinping es el nuevo líder de la quinta generación.
Los prolegómenos a la celebración del XVIII congreso estuvieron salpicados por escándalos políticos de gran envergadura, como el affaire Bo Xilai, destacado miembro del buró político y uno de los posibles candidatos a entrar en la cúpula del poder. Las acusaciones de corrupción y el desmantelamiento de una oscura trama que le relacionaba nada menos que con un asesinato, han puesto el fin a su carrera política. La figura del todavía primer ministro, Wen Jiabao, también se ha visto enturbiada con el escándalo acerca del patrimonio millonario de su familia, una información publicada en el New York Times pocos días antes de inaugurarse el congreso…