En un momento en que la crisis económica y financiera amenaza los logros de la última década en los países más pobres, el nuevo Plan Director de la Cooperación Española busca mayor eficacia y calidad de la ayuda, así como un renovado compromiso con el desarrollo.
El 25 de marzo, la Comisión de Cooperación Internacional para el Desarrollo, en el Congreso de los Diputados, aprobó por unanimidad el Tercer Plan Director de la Cooperación Española. Así concluye un proceso, iniciado a mediados de 2008, para definir las líneas generales y las directrices básicas de nuestra política de cooperación en los próximos cuatro años, conforme a lo previsto en la Ley de Cooperación Internacional para el Desarrollo.
El punto de partida para la elaboración del Plan Director 2009-12 ha sido, ante todo, el reconocimiento a la extraordinaria labor desempeñada por los actores de la cooperación española en los últimos cuatro años. El periodo 2004-07 fue una etapa de intenso crecimiento, en todos los sentidos. El volumen total de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) española pasó de 1.735 millones de euros en 2003 a 3.747 millones en 2007. Al mismo tiempo, se llevó a cabo una reforma de las instituciones y herramientas de la cooperación, desde los cambios estructurales en el ministerio de Asuntos Exteriores –y de Cooperación– ya en 2004, hasta la reforma de la Aecid (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo) en 2007. Pero, sobre todo, en el periodo 2004-07, a partir del diálogo y del consenso entre todos los actores, se sentaron las bases de una verdadera política de cooperación para el desarrollo, acorde con la demanda de la sociedad española y la realidad internacional del siglo XXI. El mejor reflejo de esta nueva política es, sin duda, el Pacto de Estado contra la Pobreza, promovido…