TRES grandes asuntos, de prolongada presencia en el tiempo, ocupan las primeras cincuenta páginas de este número: crisis asiática, cambio climático, desempleo en Europa. Tres graves problemas que estudian autores de distinta condición: hemos pedido a Isabel Tocino una descripción de las posiciones españolas ante la cumbre de Kioto. No solemos publicar artículos de autoridades públicas, pero en esta ocasión nos ha parecido necesario hacerlo y agradecemos a la ministra de Medio Ambiente su respuesta. Su asiento en el Consejo de Ministros de la Unión Europea le da un grado máximo de información sobre la evolución de los problemas ecológicos. Ella conoce –y en parte decide– las posiciones españolas en la materia. Su conocimiento de los problemas no es como el de otros expertos. Después de la reunión de Kioto, Isabel Tocino sostiene que el cambio climático se debe en los últimos doscientos años a la actividad contaminadora del hombre; cree que producirá previsiblemente alzas de temperatura entre un grado y medio y tres grados como promedio mundial, con crecimiento del nivel del mar entre veinte y noventa centímetros; que es muy difícil reducir el tiempo de permanencia en la atmósfera del CO2, hoy superior a doscientos años; que es indispensable lograr la reducción de las emisiones de gases; y que uno de los sistemas más seguros es el ahorro de energía desaprovechada, derrochada, inútil. Hay que agradecer sobre todo a nuestra autora la claridad de su texto.
Fernando Delage entrega un rápido balance de la última crisis asiática: pero es un análisis de particular perspicacia y profundidad. Una de sus conclusiones es que la tormenta monetaria y bursátil tiene su origen en la opaca gestión de grandes empresas y en unas relaciones de complicidad con el poder político. Los casos de Yamaichi Securities en Japón y de la surcoreana…