Julio Anguita, secretario general del Partido Comunista de España y presidente de la agrupación Izquierda Unida, ha sido el único dirigente político nacional que desde el inicio del conflicto del golfo Pérsico se ha mostrado rotundamente en contra del envío de tropas extranjeras a la zona. Ha sido también quien ha criticado con mayor dureza la actuación del Gobierno español en este conflicto, y de quien partió la iniciativa de convocar una reunión parlamentaria urgente para debatir este asunto. Desde su posición de portavoz de una postura auténticamente de izquierda, ha mantenido unos criterios que, en la mayoría de los casos, han discrepado de los de la mayoría del arco parlamentario español.

Pregunta: ¿Cuál es su interpretación de lo que está sucediendo en Irak y Kuwait?

Respuesta: Es difícil reducir a una única causa el conflicto desatado o ignorar en este tipo de conflictos razones de tipo subjetivo. Hay una serie de cuestiones a las que necesariamente creo que debe prestarse atención.

En primer lugar, hay que atender a la peculiar traducción que en esta zona del mundo tiene la relación Norte-Sur. Se trata, en general, de pueblos que, disponiendo de notables recursos naturales, gozan de pésimas condiciones económicas, debido a una desfavorable relación de intercambio. En el caso de Irak, además, se complica su situación con los costes y secuelas de una guerra alentada y animada por muchos países, entre ellos Kuwait, que financió buena parte de la compra de armas.

Debe recordarse que el origen del conflicto es una demanda iraquí de aumento de precios del crudo y un intento de condenación de la deuda exterior contraída con Kuwait. Dos cuestiones a las que Kuwait se opuso con beligerancia en un contexto en que su renta per cápita multiplica por diez la de Irak.

No son menos importantes…