El proceso de las conferencias latinoamericanas, que comenzó en 1983, convirtiéndose en cumbres en 1991, ha tomado un nuevo giro en 1998. Es el momento de redefinir el propósito y decidir si se le da una estructura permanente.
El proceso de las conferencias latinoamericanas, que comenzó en 1983, convirtiéndose en cumbres en 1991, ha tomado un nuevo giro en 1998. Es el momento de redefinir el propósito y decidir si se le da una estructura permanente.