#ISPE: El modelo social sueco se agrieta

 |  3 de junio de 2013

 

Esta semana en Informe Semanal de Política Exterior (#ISPE): malestar en Suecia.

Los graves disturbios en Suecia han puesto en entredicho el admirado modelo social escandinavo. El hecho de que centenares de jóvenes –la mayoría de ellos de origen inmigrante, como ocurrió en Reino Unido en 2011 y en Francia en 2005– tomaran durante días las calles de los principales suburbios de Estocolmo y de otras ciudades como Gotemburgo y Malmö para protestar de manera violenta contra la marginación y el desempleo, ha resquebrajado la imagen idílica que se tiene de Suecia.

Según un reciente informe de la OCDE, Suecia es hoy el país desarrollado que más ha visto aumentar la brecha entre ricos y pobres en los últimos 25 años. Mientras que la tasa media de desempleo ronda el 6%, entre la población de origen inmigrante supera el 16%. El alto desempleo juvenil, por encima del 25%, ha contribuido a agudizar la conflictividad social.

Barrios de la capital como el de Husby –donde comenzaron los disturbios, después de que la policía abatiera a tiros a un inmigrante de origen portugués que amenazó con un cuchillo a unos agentes–, tienen un 80% de población extranjera, con una renta considerablemente menor que la del resto del país. Muchos de los jóvenes de esos barrios ni estudian ni trabajan y tienen escasas posibilidades de hacerlo alguna vez.

Durante los disturbios, más de un centenar de vehículos fueron incendiados y muchos comercios saqueados. Algunos analistas han interpretado lo sucedido como mera criminalidad, pero otros lo atribuyen a los desequilibrios socioeconómicos que han emergido en los últimos años en el país. Aunque el primer ministro, el conservador Fredrik Reinfeldt, ha intentado minimizar el problema, calificándolo como meros “actos de vandalismo”, sus raíces son más profundas. Los recortes de los beneficios sociales y subsidios a los inmigrantes han conllevado una erosión del etos igualitario de la sociedad sueca, que ha comenzado a cuestionar sus políticas de acogida. De los más de 103.000 inmigrantes recibidos durante 2012, casi la mitad fueron solicitantes de asilo provenientes de Estados fallidos o de países al borde de la desintegración como Siria, Irak o Somalia.

Los Demócratas Suecos (SD), un partido de ultraderecha y anti-inmigración que entró por primera vez en el Parlamento en 2010 y cuya intención de voto va en aumento en todas las encuestas, ha aprovechado los disturbios para demandar que se declare el Estado de emergencia y el toque de queda. Los sondeos sitúan al SD todavía en tercer lugar. Pero en las próximas elecciones generales, previstas para septiembre de 2014, ese partido podría tener unos resultados sin precedentes a escala europea para una organización xenófoba, si se agudizan las tensiones sociales y los jóvenes inmigrantes no divisan esperanza ni futuro alguno, lo que volverá a echarlos a la calle.

 

Para más información:

Jonas Hassen Khemiri, «Sweden´s Closet Racists«. International Herald Tribune, Sunday Review, abril 2003.

Elias Groll, «Wait, there are riots in Sweden?». Foreign Policy, mayo 2013. 

Andrew Higgins, «»In Sweden, riots put an Identity in Question«. The New York Times, mayo 2013.

Ove Sernhede, «School, youth culture and territorial stigmatization is swedish metropolitan districts». Sage Publications 2011.

Borja Bergareche, «El paso atrás del Estado y el descontento británico». Política Exterior 144, noviembre-diciembre 2011.

Dominique Moïsi, «Francia a la búsqueda de sí misma». Política Exterior 109, enero-febrero 2006.

 

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