Pakistán, Ana Ballesteros. Madrid: Editorial Síntesis, 2011.
La captura y muerte de Osama bin Laden en Pakistán ha puesto todas las miradas en el Estado musulmán que atraviesa la crisis –política, económica y de seguridad– quizá más preocupante. Aparece ahora en español un libro esencial para entender un país complejo, con una democracia débil, poseedor de armas nucleares y con un poder militar que escapa del control de las instituciones políticas.
La autora, Ana Ballesteros, investigadora del Taller de Estudios Internacionales del Mediterráneo, presenta de esta manera su libro: «Pakistán está en el ojo del del huracán, a la sombra de la yihad, entre el Alcorán y la espada, en lucha con el islam militante, descendiendo al caos, entre la mezquita y los militares, como el Estado más aterrador o a la deriva del extremismo. El devenir histórico del siglo XXI lo ha puesto en primer plano y, tras el 11-S, la aproximación a su realidad se ha hecho desde esta perspectiva parcial, por lo que se corre peligro de no comprender la realidad pakistaní en todas sus dimensiones. Si efectivamente existe esa capacidad de estar al borde del abismo, Pakistán no ha caído, y ha sabido mantenerse al límite. Es por ello fundamental conocer su historia, para enteder que todo lo que ocurrió en el pasado está sucedidencodo en la actualidad, como un ciclo en el que se repiten los mismos errores. No hay tiempo para el aburrimiento: Pakistán es un Estado en constante movimiento. Todo lo que se escribe y describe como actual será historia en una semana o unos meses. Los vaivenes de este movimientno nos pueden hacer caer en la trampa del discurso islamista, por el que se pretende exponer todo lo que sucede por motivos religiosos. Pero en Pakistán, como todos los países de este planeta, hay razones muy terrenales que explican su realidad y que poco tienen que ver con la religión.»
Desde su nacimiento en agosto de 1947, como partición del territorio de India al finalizar el Imperio Británico, Pakistán ha debido lidiar con un acentuado sentimiento de inseguridad derivado de una continua crisis de identidad. El analista y escritor pakistaní Ahmed Rashid aseguraba en su libro Descenso al caos: «La falta de habilidad de Pakistán para forjar una identidad nacional le ha conducido a la intensificación del nacionalismo étnico, lingüístico y regional que ha fragmentado y escindido el país». El ejemplo más dramático de esta fragmentación tuvo lugar en 1971, cuando el fracaso del gobierno a la hora de gestionar las necesidades de la comunidad étnica bengalí llevó a la escisión del Este de Pakistán, dando lugar al nuevo Estado independiente de Bangladesh.
El segundo país musulmán por población –con 180 millones de habitantes– afronta hoy múltiples y graves problemas, entre ellos el hecho de ser territorio de operaciones de algunos de los grupos terroristas más peligrosos. A ello se une el conflicto aún no resuelto con India por la región de Cachemira y la existencia de una Provincia Fronteriza del Noroeste, colindante con Afganistán y habitada fundamentalmente por pashtunes organizados en «agencias tribales», sobre la que el gobierno del Estado no tiene prácticamente autoridad. El Council on Foreign Relations ha elaborado una guía audiovisual de Pakistán que examina las raíces de los problemas pakistaníes, sus implicaciones regionales y para el resto del mundo y ofrece escenarios posibles para el futuro del país.
Para más información:
José María Robles Fraga, «Año decisivo para Af-Pak», Política Exterior 133.
Ahmed Rashid, «Pakistán, al límite», Política Exterior 130.
Fernando Reinares, «Atentados en Mumbai», Política Exterior 127.
Vicente Garrido Rebolledo, «Pakistán, armas nucleares y seguridad», Política Exterior 122.
Ricard González, «Pakistán y el futuro de Pervez Musharraf», Política Exterior 119.
Ángeles Espinosa, «Las áreas tribales pakistaníes y la lucha contra el terrorismo», Política Exterior 116.