Costa de Marfil celebró elecciones presidenciales el 28 de noviembre de 2010. Se enfrentaban el presidente, Lauren Gbagbo, y el líder de la oposición, Alassane Ouattara. Según la Unión Africana (UA) y Naciones Unidas, Ouattara ganó las elecciones y es el presidente legítimo de Costa de Marfil. Según Gbagbo, la victoria fue suya. Desde entonces, el país vive sumido en la violencia, con más de 400 muertos y cientos de miles de refugiados.
Gbagbo se ha encaramado a la poltrona presidencial y con la ayuda del Ejército y milicias leales ha reprimido a la población, opositora o no, en actos que Human Right Watch (HRW) califica de crímenes contra la humanidad. Desde finales de febrero, la crisis se ha intensificado, con choques entre las fuerzas de Gbagbo y Ouattara en el centro y el oeste del país, así como en la capital comercial, Abidjan. Es en esa ciudad donde Ouattara, junto a todo su gobierno en la sombra, tiene su cuartel de operaciones. Refugiado en un hotel de la ciudad protegido por 800 soldados de la ONU, Outtara sólo ha abandonado Abidjan para asistir a una cumbre de la UA en Etiopía.
La excolonia francesa consiguió la independencia en 1960 y desde entonces, gracias a la producción de cacao y a las inversiones extranjeras, Costa de Marfil se convirtió en uno de los países más prósperos de África occidental. Esto no le ha librado, no obstante, de sufrir turbulencias políticas. Un golpe de Estado en 1999, elecciones en 2000, que ganó Gbagbo, y una rebelión en 2002 en el norte y el oeste del país que desembocó en una guerra civil. Tras la firma de un acuerdo de paz en 2003, la situación se recondujo, aunque sin solucionarse de manera definitiva.
Ahora, las elecciones de 2010 han vuelto a agitar el panorama marfileño. Naciones Unidas tiene desplegados en el país, entre soldados y policías, unos 10.000 efectivos en una misión para el mantenimiento de la paz, la ONUCI, cuyo mandato no va más allá de la protección de los civiles y supervisar el alto el fuego.
Para más información:
The Economist, “Don’t forget it”. Artículo, marzo 2011.
El Ex presidente Laurent Gbagbo, de democrata a dictador,a pesar de ser doctorado en historia por la Universidad de la Sorbona en Paris y profesor en su pais Costa de Marfil ,preso en varias ocasiones por el regimen del primer presidente Felix Houphouet-boigny,e igualmente tuvo que exiliarse en Francia por sus ideas politicas, esta noble trayectoria como activista democrata que abrio la conciencia a sus conciudadanos de reivindicar la democracia y el pluralismo politico en su pais, estos ecos de cambios llegaron en los paises limitrofes del Africa del Oeste,llego a gozar admiracion y prestigio razon por la cual le llevo a ganar las elecciones y llegar al poder en 2000,hoy las fuerzas republicas de Outtara entraron en la capital Abidjan, la suerte de este hombre parece incierta,despues de tantas mediaciones de la Comunidad internacional de abandonar el poder pacificamente en beneficio del ganador de las elecciones presidenciales del 28 de noviembre de 2010 Alassane Ouattara.De nuevo la historia se repite en otro ilustre hijo Africano de no saber quitar el poder con dignidad, y gozar de un status de ex presidente como en otras paises es una practica democratica y civilizada.