INFORME SEMANAL DE POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 1366

¿Quo vadis, Europa?

El Fondo Monetario Internacional (FMI) constató la semana pasada las enormes dudas que existen sobre la capacidad de la UE para crecer. Alemania seguirá estancada un año más, Francia e Italia apenas avanzarán un 0,7% y la eurozona, un 0,8%. Solo España y los países del sur del continente se libran del recorte gracias a su dependencia de los servicios y del turismo.

El organismo recortó sus previsiones para prácticamente la totalidad de los grandes países de la Unión Europea. De esta forma, el FMI pone de relieve el estancamiento económico en el que vive Europa, no por una cuestión de crisis energética por la guerra en Ucrania o por las dificultades de la industria, sino que es una tendencia más amplia que se remonta a los primeros años del siglo XXI y que va empeorando. Es, sencillamente, un problema de modelo económico y, en parte, también social.

 

 

El FMI prevé que el crecimiento del PIB per cápita (ajustado por PPA) de la eurozona desde 2023 hasta 2029 no supere el 6%. Es una cierta mejora respecto de los seis años anteriores, en los que el crecimiento acumulado fue del 4%, pero está muy lejos de las economías avanzadas líderes. Para EEUU espera un crecimiento del 10% e incluso Japón tiene mejores perspectivas, con un avance acumulado del 8%.

Europa está empezando a estudiar en profundidad cuáles son sus problemas económicos. Sobre todo, dónde puede actuar la política para atajarlos. Dos de los expertos a los que la Comisión Europea les encargó el análisis son ex primeros ministros italianos, Mario Draghí y Enrico Letta. Sus conclusiones son muy similares: ser más como EEUU y menos como la UE.

Es difícil pensar que el club europeo pueda ser nunca una federación, pero lo que piden los dos mandatarios es avanzar en la integración para aprovechar verdaderamente las economías de escala que ofrece la Unión Europea y apostar por una política industrial estratégica a nivel comunitario, algo que para los principales gobiernos de los países de la Unión han sido líneas rojas. Se trata, en definitiva, de decidir si la Unión Europea está dispuesta a dar un salto cualitativo hacia adelante, o…

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