Medios de todo el mundo se preparan para un reporterismo más portátil que nunca gracias a las “tecnologías ponibles”. Ya se han usado en crisis como las revueltas de Turquía o masivamente en el Mundial de Brasil. Su avanzadilla son las gafas inteligentes de Google, pero hay más opciones.
La Fundación del Español Urgente (Fundeu) recomienda la expresión “tecnologías ponibles” para hacer referencia a las que se incorporan a prendas y complementos personales convirtiéndolos en objetos inteligentes, capaces de realizar funciones antes circunscritas a un ordenador o teléfono móvil como recibir alertas, tuitear, responder a correos electrónicos, leer la prensa o enviar fotografías. Todo con decir “graba”, apretar un botón en la patilla o hacer un guiño. Un reloj o una pulsera se convierten de facto en microordenadores de posibilidades casi infinitas con el avance de la nanotecnología: pueden contener microchips, sensores, cámaras en alta definición, micrófonos… La conexión se realiza a través de Wi-Fi o Bluetooth.
Statista calcula que el mercado de estos productos, que sobre todo promete mejoras fascinantes en los ámbitos de la salud, deporte y textil, tendrá un valor de 12.600 millones de dólares en 2018. En España, se han anunciado iniciativas por parte de empresas como Nuubo, Weartech o Telefónica (esta última es la única que plantea vincular estos servicios a su oferta de contenidos). Dado que a estas tecnologías se las percibe como a la investigación espacial (en el sentido de que impulsan descubrimientos rupturistas que acaban asumidos con naturalidad por los ciudadanos, como los pañales desechables), los wearables, aunque despunten en otros ámbitos, aparecen también en toda quiniela de avances que cambiarán radicalmente el periodismo.
Algunas facultades de comunicación llevan tiempo analizando la proyección futura de estos aparatos pegados al cuerpo. La News University (Poynter Institute) organizó un seminario web de tecnologías ponibles en noviembre de 2013, dentro de su serie de cursos sobre los nuevos “Esenciales del periodismo móvil”.
La estrella de los complementos es Google Glass. Estas gafas diseñadas por el buscador incorporan un procesador y una minipantalla tamaño sello gracias a los cuales es posible realizar las actividades que se han descrito más arriba y algunas más (aquí una demo). Y se sueña con capacidades que serían muy beneficiosas para el periodismo internacional: traducción simultánea para leer en otros idiomas y hasta órdenes telepáticas que serían útiles para el envío de avisos en entornos de riesgo.
Y con todos aún boquiabiertos por las gafas, quizá el mayor lanzamiento de su historia, Google anunció la fabricación de unas lentillas que se han concretado esta semana. Inicialmente pensadas para diabéticos, por qué no plantearse que pueden tener algún uso entre la Prensa: aunque hay algunas dudas sobre el futuro de Google Glass, se ha disparado el desarrollo de aplicaciones informáticas pensadas para enriquecerlas (el buscador es el primero que las impulsa) y lo mismo podría suceder con las lentes de contacto.
Además de las gafas, están en el punto de mira otros objetos como relojes (parece que el iWatch será la gran apuesta de Apple), pulseras, auriculares y hasta calcetines. Amazon ofrece un gran abanico de opciones en su tienda de wearables. Sus usos periodísticos pueden intuirse o soñarse, pero están aún por explorar.
En otros casos las tecnologías ponibles sí han estado ya a prueba en contextos de reporterismo internacional. Incorporadas a cascos, prendas o cámaras de fotos, las microcámaras GoPro –pueden considerarse precursoras en este campo– llevan tiempo ofreciendo interesantes vídeos y ejercicios de fotoperiodismo con un envolvente punto de vista subjetivo.
En el Mundial de Brasil, 80 firmas audiovisuales recurrieron a la mochila inteligente LiveU, que permite retransmisiones en directo y ya se vió aunque en menor medida en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Al Jazeera ha recurrido en Oriente Próximo al modelo TVUPack. Fotógrafos de The New York Times han impulsado el desarrollo de una mochila específica del medio cansados de las dificultades logísticas mientras cubrían la campaña electoral. Se camina hacia un “reporterismo de manos libres” donde no se necesita furgoneta ni equipamiento pesado que garantice enlace ascendente y descendente por satélite.
The Guardian acaba de lanzar Guardian for Glass, aplicación que envía a las gafas de Google una selección de noticias del medio, alertas y hasta resúmenes en audio. Los contenidos se pueden guardar para leer más tarde. El reportero de Vice Tim Pool (fue también el primero en recurrir a drones para cubrir acontecimientos internacionales) ha usado estas gafas para seguir las crisis de Turquía, Egipto y Brasil en 2013-14. Sus emisiones en directo llegaron a procurarle 750.000 visitantes únicos en un solo día. Dice que las Google Glass son el mayor cambio entre sus recursos de reporterismo desde el iPhone.
Aunque todavía tienen muchos inconvenientes, provocan un debate encendido sobre la privacidad y ya se han prohibido en algunos contextos como tribunales, estos aparatos son cada vez más pequeños, más rápidos, más baratos, más estéticos, reconocen más órdenes. Parecen una buena prenda para el periodista del futuro.